El 11 de febrero de 1958 la Virgen María se apareció a Santa Bernardita en Lourdes. En días sucesivos le fue revelando lo que esperaba de aquel lugar.
“Vi a una señora vestida de blanco. Llevaba un vestido blanco, un velo también de color blanco, un cinturón azul y una rosa amarilla en cada pie”. Bernardita, con la Virgen María, hizo la señal de la cruz y rezó el rosario. Cuando terminaron la oración, la Virgen María desapareció.